Relato, por si no lo conocen,el episodio. Este pintor tenía la obsesión
de la ceguera y en varios cuadros pintó retratos de hombres con un
ojo pinchado o saltado. E incluso un autoretrato en que uno de sus
ojos aparecía vaciado. Ahora bien: un poco antes de la guerra,
en una orgía en el taller de uno de los pintores del grupo
surrealista, Domínguez, borracho, arroja un vaso contra alguien;
éste se aparta y el vaso arranca un ojo de Víctor Brauner.
Vean ustedes ahora si se puede hablar de casualidad, si la
casualidad tiene el menor sentido entre los seres humanos.
Los hombres, por el contrario, se mueven como sonámbulos
hacia fines que muchas veces intuyen oscuramente, pero a los
que son atraídos como la mariposa hacia la llama. Así Brauner
fue hacia el vaso de Domínguez y su ceguera; y así yo fui hacia
Domínguez en 1953,sin saber que nuevamente iba en demanda
de mi destino.De todas las personas que yo hubiera podido ver
en aquel verano de 1953, sólo se me ocurrió acudir al hombre
que en cierto modo estaba al servicio de la Secta. Lo demás es
obvio: el cuadro que llamó mi atención y mi miedo, la ciega
modelo (modelo para esa única ocasión), la farsa de aquella
cohabitación con Domínguez, mi estúpida vigilancia desde
el observatorio, mi contacto con la ciega, la comedia del paralítico,etc.
No hay casualidades
Y,sobre todo, aviso para los que después de mí y leyendo este
informes sobre ciegos..(...)
Fragmento del libro: Sobres Héroes y Tumbas.
Ernesto Sabato-Biblioteca de la Literatura Universal- Ed. Sol 90-
Beatriz Else- libros que leí y recomiendo.